Abro mi corazón agradecido junto al tuyo
abrazando la magia de éste no-silencio
musical que nos rodea.
Sinfonía del viento
jugando con las olas cuajadas
de estelas blancas en el océano
confundidas entre los mástiles
de los veleros que inician la regata.
Sol que se rebela esparciendo su luz
apartando las nubes grises sopladas
hasta las montañas de nuestra tierra.
La ciudad parece muda.
En oración.
Domingo plácido.
Sereno.
Abierto
en acogida para los que regresan
o salen de paseo.
La vida se recrea.
Mi niño está en la sala.
Tu aquí dentro.
Y yo...
Ya lo ves. ya me oyes.
Me lees...
Repito como un Eco lo bello que es el día
con la mente en preñada de mil cosas.
Personas que amo y añoro.
Nostalgias...
Y ésta extraña sensación de indefensión
e impotencia que a veces me marea
con pálpitos anudando mis entrañas.
Mis padres.
Mis hijos... Mi nieta...
Y tú.
Eje de mi vida extrapolando
y revirtiendo éste curso del agua
contra la gravedad, calle arriba
- fuerza innegable de la tormenta-
Tormenta...
Tormentas y tormentos
que también se entremezclan en mi
sintiéndome a veces desorientada...
Bella. Si.
La vida es bella.
Eso parece.
Tal vez preciso serenidad para beberla
a sorbos, deleitándome con su sabor.
Aroma a esperanza.
Olor de Amor.
Nieves Merino Guerra
16-FEBRERO-2014-
Comentários
Lindíssimo, com muito gosto e muita riqueza inspiradora.