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Escúchame,
deseo hablarte...
No solo para que oigas,
sino para que comprendas:
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Que no por vivir más, se vive.
Que al lograr, perdemos también.
Que tenemos que elegir y arriesgar.
Que nada se da por nada y todo sobra.
Que cuando juzgas eres tú quien se juzga.
Que nuestro ejemplo es la única enseñanza.
Que cuando causas dolor, es a ti a quien dañas.
Que el tiempo no lo sana todo, solo mitiga a veces.
Que amar es aprender, donarse, hacer felices y crecer.
Que debes reír de ti y te divertirás toda tu existencia.
Que la música que escuchas está en tu sensibilidad.
Que debemos confiar aunque suframos desengaños.
Que ser famoso no es ser mejor o más importante.
Que la fama que perdura es nuestra forma de ser.
Que nada se consigue sin esfuerzo y dedicación.
Que todos somos únicos... Genios y mutilados.
Que querer no es a amar... Es desear y poseer.
Que cuando mientes, te engañas a ti mismo.
Que la ignorancia es la madre del miedo.
Que los hijos del miedo son prejuicios.
Que debes ser precavido y paciente.
Que arriesgues... En lo importante.
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Mírame
Escúchame.
Deseo hablarte...
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Los prejuicios son los padres de lo inhumano.
Y lo inhumano es peligroso, mortal e inmoral.
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Otro día, si así lo deseas, seguimos...
¡Tengo tanto que decirte!
Te amo, hijo.
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Mamá
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Nieves María Merino Guerra
30 de noviembre 2010
Comentários
Gracias, mi tesoro.
Besos.
Só o ser mãe tem palavras de amor assim para nós. Feliz é o filho que segue reto esta direção. Lindo poema, Nieves, querida. (Menina fiquei sem net ontem e quando entrei já estava logada passei a noite logada no site? Será? Mas eu estava dormindo.)
Sim, minha amada meiga...
E muitas mais que sabes que diz o coração e a alma día após dia...
Sempre nos parece pouco qualuqer conselho que digamos anossos filhos, tentando que sua vida e eles mesmos sejam melhores que nós.
Te quero.
Belo día e melhor semana, meu sol.