Regreso abrazada por el viento
después de la batalla definitiva,
previsible, necesaria, deseada...
Blandiendo mi espada de fuego.
.
Clavo en vosotros mi mirada
enardecida de deseo, sensual,
aun insatisfecha... Extasiada.
.
Es mi arma más letal.
Témanla.
.
Engañados por éste cuerpo púber
cautericé con firmeza sus entrañas
afiladas por desmanes vengativos,
instintivos, primitivos... Alimañas...
.
Resultó difícil.
Fue competitiva.
.
Brutales... Cobardes...
Cegados por las pasiones
firmaron su propia destrucción.
.
Llevo ensamblada en mi escudo
la medalla de ésta victoria parcial.
Peiné con laureles todos mis cabellos.
.
Desgajo el techo de nubes
dejando atrás aquél infierno.
.
Desangré a la impunidad.
Todos los horrores festejados
fueron sometidos a mi merced.
.
Obsérvenme con atención...
.
En mis ojos brilla el secreto
con el que os vencí sin piedad.
Hay más fuego que en mi espada.
.
No permitiré más atrocidades.
No volverán a violar la dignidad
en la historia de ninguna otra mujer.
.
O volveré...
Nieves María Merino Guerra
30-07-2015
Comentários
`¡Gracias Rosemarie!
Iba a titularla ultima batalla... pero me dio un ataque de realismo.... jajajaaa..
Te adoro.
Besos.
Deslumbrante teu poema, Nieves.
Meiga, eres un sol.
Te amo.
Muito obrigada.
Muchas gracias.
Feliz domingo
Besos