A LA HORA...
Desde mi ventana
todo es silencio.
Ciudad fantasma parece.
Tímidamente,
asoman algunas manos
para aplaudir a la HORA.
Esos aplausos
me saben a *Réquiem*.
Doblar de campanas
rompiendo al viento
por los que faltan,
por los enfermos.
Por tantas soledades
y sufrimientos.
No asusta ni agobia
el triste encierro.
Sabe a impotencia.
Sabe a concierto,
sabe a conciencia
y confinamiento.
Desde mi ventana
se oye el lamento
de una folía,
de un claro de Luna
cuando sea paga en el firmamento.
Palmeras plañideras danzan al viento
- sus palmas son arpas silbando al suelo- .
Todo es callado -fuera y adentro-.
Murmullos de oraciones
vibrando al cielo.
Resaca y frustración.
Enfado hiriente
que busca unos culpables.
Resentimientos.
El Eco se desprende de tanto hueco...
Y toses descarnadas rompen el pecho.
Es vida, sin ser vida que, resistiendo,
se angustia con el canto
-aún sonriendo-.
Y piensas en tu madre.
Hijos y nietos.
Familia desmembrada
en otros cimientos...
Confusión que se aplaca
y adapta adeptos.
Noticias alteradas.
Datos inciertos...
Futuro inexistente.
Presente inepto.
Dolor arrinconado en cada cuerpo.
Ya doblan las campanas.
Aplausos muertos.
Me asomo a mi ventana...
Todo es silencio.
Nieves Merino Guerra.
Las Palmas de Gran Canaria.
España
18 Abril 2020
Comentários
Muchísimas gracias, querida Márcia.
Bendita seas.
Besos
Obrigada.