Se consume.
Cirio encendido golpeado por el viento, sin piedad, sin descanso.
Con aroma a jazmín y violetas. A eternidad.
Minúscula llama sonriente que ilumina el día en silencio.
Todo observa, acepta su devastadora cera casi consumida con crudeza.
Lágrimas secas, perceptibles, resbalan dulces por su cuerpecito de vela...
Ellas son testigos inmutables, crueles, delirantes, del dolor agudo que no se queja.
Y se diluye ante mis ojos abrazando con amor toda mi pena.
Serena, la capilla divina de su alma, en un beso fugaz, borra las noches oscuras que la acechan -junto al Eolo indigente, furibundo- por los celos infames a su estrella.
La envidian el Sol, la Luna llena.
Y el Camino de leche que se asoma sin darle tregua.
Se consume su llama a toda prisa, consume al Cirio, tierna vela...
.Pero no habrá fuerza en el mundo que apague su luz, su alma buena.
Ternura y voluntad unen olvidos y al cordón umbilical más nos aferra.
Se consume con la saña de lo injusto quien, donando vida, vive muriendo.
Nieves Merino Guerra
Las Palmas de Gran Canaria.
España
05/08/19
A mi mami. Cirio eterno.
Comentários
Mais uma bela obra poética! Parabéns Nieves!
Gracias, querida Ángela.
Está dedicada a mi mami.
Se consume demasiado rápido.
Y yo con ella.
Es muy doloroso.
Besos.
Um encanto!!!!
Parabéns.
Bjs
Gracias, mi amada Márcia.
Besos, amiga.