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Ha llovido en la soledad reseca, abandonada,
una nana que desea tener sueños de esperanza.
Llega con la brisa y parece querer adormecerme.
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14 junio 2016
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Cómo duele
quedarse con las manos vacías
(y más hueca el alma)
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La ausencia,
esa fiel compañera
de la soledad y el silencio,
cubrió mi estoica presencia.
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¡Cómo ansiaban verte mis ojos!
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La calle frente a mí se humedecía,
y no era llovizna, no era rocío.
Eran lágrimas desde mi esencia
que intentaba consolarse
entre sus gotas frías.
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La noche, al fin, cubrió mi mirada
y la oscuridad hizo hogar en mi mundo.
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Regresé -como triste despojo-
con el corazón roto, moribundo,
a esperar otro día. Otro sueño
para intentar imaginar juntos.
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Hoy mis poemas son letras negras,
mis musas calladas duelen su duelo.
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Versos que pintan patéticos paisajes,
imágenes nebulosas, distantes, muertas,
lamentándose por no alcanzar el cielo
al retrasarse aquél viaje sin retorno.
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Hoy por hoy...
No vuelo.
La ausencia ganó la partida.
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Nieves Merino Guerra
09 de junio de 2015
Comentários
Linda poesia! Uma riqueza de ideias bem entrelaçadas nos versos! Bjs.
Sempre ávido pra ler tua poesia
repleta de sabedoria
Bem hajas amiga e poetisa
Abraços
FC
Qué lindo é, querido FC.
Qualquer dia até poderia acreditar nisso... rsrsrsrs
Muitíssimo obrigada com meu coração.
Beijos
Bravo querida poetisa sus textos están limpias, con un buen recorrido para ellos!