Quietud de medianoche desvelada en besos sutiles ansiados escarbando con la mirada su mirada ausente encauzando tus sentidos divagadores por los puertos, madreselvas e insectos que elevas a la altura de lírica coherente e inherente de quien se siente y sabe poeta aunque se deje enroscar por metáforas preñadas , ingrávidas, parturientas, mientras la amada se aleja con ése deje de aburrimiento que sostiene realidades sanchas nada amorfas ni trasparentes cuando el rumor se hace eco de la cotidianidad superviviente florecida entre sus dedos armoniosos, donde la magia de la poesía se hace patente con sus presentimientos -sentimientos responsables, pisando tierra firme- a veces enlodada hasta sus tobillos -denotando y detonando brumas en tu mente ágil y sabedora- consciente de cada gesto, sonido, huellas ...
Luces -penumbras encofradas- de incertidumbres ante la armónica presencia -vuelo simétrico, preciso, precioso- de aves migratorias que desde ahora buscan y encuentran los vientos propicios en senderos celestes hacia este norte donde se anuncia -estalla- la primavera acogedora, esperanzada -sin más veleta ni estrella que los instintos heredados- Nunca son las mismas las que regresan -pero lo saben- Como lo sabe la mujer con comisuras de miel y menta, ansiando ósculos ebrios de pasión, generadora de placeres vacíos de tabúes obsoletos...
Delineas-alineas tus palabras al tiempo que tus instintos básicos y profundos -alma y cuerpo- entrelazan también sus ADNs plantando surcos en su piel ajada -como la tuya- semillas encendidas como teas entre los rescoldos duros y frágiles indesterrables, de amor construido sobre cimientos vagos, fortalecidos con aceros en el tiempo.
Tu mano entre sus manos es una orgía de sensaciones instintivas amoldando pieles, texturas somáticas deleitándose sin pensamientos vacuos, sin dejar de escuchar la sinfonía del agua o el canto del crepúsculo que invita a amar sin cuadraturas del círculo, entrecerrando los párpados cuajados, placerosos, donde el tiempo es más relativo que nunca.
Vuelve el hombre y amanece el poeta entrelazando sus miembros hasta la más profunda oquedad que le inquiera y aquieta. Vadeas su cuerpo con la yema de tus dedos explosionando gemidos. Rompiendo -rasgando- el momento sublime -natural- de vuestro nuevo encuentro existencial.
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Nieves María Merino Guerra
Gran Canaria- España
05-03-14
Comentários
Nessa quietude, muita beleza, muita paz que a natureza nos transmite!
Lindo demais, minha querida poeta Nieves! Bjs.
Muito obrigada, minha doce e grande Mena querida.
Beijos
Muito obrigada, minha querida Iraci.
Beijos
Muito obrigada, anjo querido.
Beijos
Muito obrigada, amada Mar.
Beijos, mosqueteira
Muito obrigada, querido Rui.
Beijos
Na quietude destes versos encontramos sem dúvida
cada momento sublime e natural da vida
Lindo, lindo
Abraços
FC
Obrigada, FC
Beijos